El viaje

Dicen que la vida es un viaje.

Abres los ojos y te encuentras parado en una estación de tren. Estás solo, no sabes como has llegado hasta allí.

Escuchas una voz por megafonía que dice: “Última llamada a los pasajeros del tren con destino a ningún lugar específico.”

Cierras los ojos, visualizas una balanza; en un lado de ella, se encuentra lo  que tienes aquí y puedes perder, en el otro, lo que ese viaje sin rumbo sin destino, te puede dar.

Abres los ojos. Ves como el tren se va poniendo en marcha; dejas que el humo que desprende su chimenea se cuele en tu interior.

Ves que el tren  avanza y que tú no estás subido en él.

Corres todo lo que te permiten tus piernas para intentar subirte en él. Tras un fatigoso esfuerzo consigues subirte. Una vez arriba, suspiras aliviado.

Te sientas en el único asiento que queda libre. A los pocos minutos, se te acerca el revisor y te dice: “¿Me permite su billete, caballero? “

Descubres que no has comprado el billete y te entra el pánico. Descubres algo en el interior de tu chaqueta, lo sacas, es el dichoso billete. Se lo entregas.

Cierras los ojos y dejas que el azar elija tu destino.