Utopía.

A veces te gustaría vivir en una utopía, ¿Verdad?

En ese mundo perfecto donde no hay ni miedos, ni preocupaciones, ni disgustos.

Donde puedas llorar sin que te digan por la espalda que llorar es de débiles.

Pues siento ser yo el que te pisotee esa utopía y la haga añicos.

No vivimos en un mundo perfecto, lo sé, pero al fin y cabo, es nuestro mundo.

Y déjame decirte una cosa: Llorar o tener miedo no es de débiles, al contrario, es de valientes.

Así que si por necesidad tienes que llorar hasta quedarte sin lágrimas; hazlo llora con fuerza.

No te sientas culpable por ello.

Vivimos en un mundo donde le damos más importancia a las cosas materiales que a los pequeños gestos, que en realidad no son pequeños, sino grandes.

Pequeños gestos como, por ejemplo: recibir una llamada o un mensaje de la persona que más quieres, dar un abrazo a un amigo/a al que no ves desde hace tiempo, reírte hasta que el flato se apodere de ti, o cantar hasta quedarte sin voz.

Estos pequeños gestos, son los que en realidad deberían de ser nuestra utopía, no la grandeza ni las cosas materiales.