¿Alguna vez has sentido qué te cortaban las alas, qué no te dejaban volar hacia tus sueños? ¿No ha sido así? Pues tienes suerte.
Volar hacia mis sueños, hacia mis metas, ese es mi objetivo. Pero por desgracia, hay muchas piedras en el camino.
Piedras que se convierten en personas, personas que como solo ven la silla en la que estás sentado, y no ven la verdadera persona que eres, te dicen: “No debes estar aquí, no es tu sitio”.
Y esas ganas que tenias de volar, de tocar el cielo , se van, en un abrir y cerrar de ojos.
Pasan los días, y ves que esa necesidad de surcar el cielo, se ha esfumado, se ha roto.
Hasta que un día, sales a la calle y te detienes con personas, personas que te dedican una sonrisa y no te piden nada a cambio.
Aquellas personas, que te impulsan a luchar.
Vuelven esas ganas de volar, de sentirte como un pájaro, de comerte el mundo.
Volar…
Solamente volar.